SITUACIÓN EN MELILLA
El gobierno nombró al general de División don José Cavalcanti de Alburquerque, marqués de Cavalcanti, de 49 años, como nuevo Comandante General de Melilla. Estaba en posesión de la Cruz Laureada de San Fernando, ganada durante la carga de Taxdirt el 20 de septiembre de 1909 siendo teniente coronel, al frente del escuadrón de Cazadores de Alfonso XIII.
Además, el coronel don José Riquelme fue nombrado como nuevo jefe de la Oficina Central de Asuntos Indígenas, en sustitución del fallecido coronel Morales, si bien ya estaba ejerciendo estas funciones desde su regreso de Madrid, donde se encontraba convaleciente en el Hospital Militar "Gómez Ulla", lo que le impidió estar presente en Annual al frente de su regimiento, el "Ceriñola" nº 42.
Ese día la posición de El Atalayón, situada en un promontorio de la orilla occidental de la Mar Chica, logró enlazar por heliógrafo con la Alcazaba de Zeluán, sitiada por los rifeños desde el 24 de julio.
Los rifeños que merodeaban en torno a Melilla continuaban activos, demostrando con ello al general Berenguer que el campo circundante a Melilla aún no era seguro. Ese día los rifeños tirotearon y hostigaron la posición recién ocupada de Sidi Hamed el Hach, obligando al general Sanjurjo a intervenir con su columna, que venía de la Segunda Caseta. Además, los rifeños tirotearon al convoy de aprovisionamiento que se dirigía a esta posición escoltado por fuerzas de batallón expedicionario "Sevilla" y del Tercio de Extranjeros, obligando a desplegarse y a batirse con el enemigo hasta que fue desalojado de las alturas desde donde disparaba. También la harka de Nador hostilizó la posición de Sidi Hamed el-Hach durante tres horas.
Las fuerzas llegadas ese día de la península fueron las siguientes:
- Vapor "Romeu" procedente de Valencia, trasportando al batallón expedicionario del regimiento de Infantería "Tetuán" nº 45, al mando del teniente coronel don Félix Molins.
- Vapor "Vicente Ferrer", procedente de Valencia, transportando dos baterías del 6º Regimiento Ligero de Artillería.
- Tropas de Ingenieros, al mando de los capitanes Sevillano y Prados.
- Crucero "Cataluña", estando el camino el acorazado "Alfonso XIII".
En la conferencias telegráficas diarias, el Ministro de la Guerra informó al general Berenguer de la compra de 500 kilómetros de alambre de espino para fortificación, así como de la reciente compra de 400.000 sacos terreros que se enviarían a Melilla de inmediato, y de las gestiones para continuar la compra hasta completar un millón. Por su parte, el general Berenguer le informó que tenía pensado pedir a Ceuta que viniese a Melilla la III Bandera del Tercio de Extranjeros, pero tras la petición de refuerzos formulada por aquel Comandante General debido a la inestabilidad detectada en Gomara, que no lo haría.
A pesar de contar ya con diecisiete batallones de Infantería, siete baterías de Artillería, y estando la Brigada de Húsares en camino, el general Berenguer no se hacía ilusiones sobre el empleo inmediato que podía hacerse con estos refuerzos. En su intervención telegráfica, el general Berenguer dio al Ministro su apreciación sobre la calidad de las tropas llegadas, explicándole sus razones para no emplearlas en socorrer las posiciones sitiadas de Nador, Zeluán y Monte Arruit. Decía el general lo siguiente:
"Estoy convencido que marchar con estas fuerzas a auxiliar Zeluán y Monte Arruit sería exponerlas a un fracaso y dejar descubierta la plaza, que hoy está amenazada por casi todo su frente. No dispongo de efectivos para ello, porque los batallones recibidos son muy pequeños... [desde la península estaban llegando a Melilla batallones de 450 hombres, cuando el pie normal de un batallón de aquella época era el doble, de entre 800 y 900 soldados] ... ni la gente está instruida para poder batirse; pues tienen muchos que aún no están fogueados, y bastantes con quince días de instrucción. De no elevarse el efectivo de los batallones por el llamamiento del tercer año, habrá que enviar por lo menos diez [batallones] más, con los que solo en caso que no venga la harka del Rif podríamos intentar movernos hasta Zeluán, siempre contando con tenernos que batir duramente en el camino... Y no tenemos garantía alguna de que las tropas puedan combatir con eficacia. Es un caso realmente extraordinario, pues no se trata de reforzar un ejército con elementos nuevos, sino crear un ejército para combatir al día siguiente."
NOTA: el resaltado en negrita es nuestro.