CRONOLOGÍA DEL DESASTRE DE ANNUAL
Jueves, 28 de julio de 1921: quinto día de la columna Navarro en Tistutin.

Por ahora no tengo noticias de la columna del general Navarro correspondientes a este día.



Ataques sobre Monte Arruit
Situación en Melilla




ATAQUES SOBRE MONTE ARRUIT

Sin noticias sobre la estancia del general Navarro en la posición de Tistutín, pasaremos a relatar los ataques de los rifeños al campamento de Monte Arruit:

El teniente de Artillería Gómez López, que siguió la retirada del capitán Almansa hasta Monte Arruit la tarde del 23 de julio, relató al general Picasso lo ocurrido en esta posición hasta la llegada de la columna Navarro la mañana del 29 de julio:

    "Durante el día 24 no pudo hacerse aguada, escaseando los víveres y siendo muy hostilizados. La mitad de los mulos que estaban fuera de la posición fueron robados por mujeres y muchachos, a la vista de la tropa, que no se decidía a disparar contra ellos, atendida su condición. Organizose la defensa en el parapeto, y bajo un continuo ataque siguieron durante todo el tiempo.

    "El día 25 se pudo hacer algo de aguada con dificultad y a costa de muchas bajas, abriendo una brecha en el parapeto para que salieran los carricubas, de los que sólo pudieron llenar dos, de agua casi impotable, de la que correspondió un vaso por individuo.

    "El día 26, en vista de que no había pan, varios oficiales solicitaron del jefe de la posición que les dejara ir a ocupar las casas del poblado en busca de víveres; pero el jefe no lo consintió, por no tener bajas de oficiales, que le eran necesarios para el mando de la tropa, encargando de este cometido a dos sargentos voluntarios con treinta o cuarenta individuos asimismo voluntarios, que, desalojando el poblado de policías que lo ocupaban, realizaron el objeto sin bajas, no pudiendo traer víveres, que ya habían robado los moros; pero sí diversos efectos, como camas y trapos, y unos cuarenta cerdos. Desde este día, los dos mencionados sargentos salían a diario solos, y desalojando a los moros de alguna casa y matando a muchos de ellos, la raziaban, trayendo a la posición nuevos víveres, además de fusiles que quitaban a los moros. La aguada se formalizó, y aunque con muchas bajas, que eran catorce o quince diarias, se traía abundante agua y buena, y la tropa reaccionó por completo, hallándose alegre, animada además por las noticias corridas de aproximación de fuerzas y los telegramas de felicitación que a la guarnición dirigió el Alto Comisario.

    "Los médicos aguardaban con urgencia la llegada del tren que les habían dicho iría para que trajese elementos de cura, de que se carecía en absoluto, habiéndose presentado la infección, por consecuencia de la cual morían los heridos.

    "Desde Zeluán, y por heliógrafo, les dijeron transmitieran al general Navarro la orden de retirada a Monte Arruí; pero no pudieron establecer la comunicación óptica, y entonces desde Zeluán mandaron un muchacho moro con una carta a Batel, haciéndose lo mismo desde Monte Arruí, y después, por la tarde, se consiguió comunicar, aunque no se entendieron los telegrafistas.

Lo siguiente del relato será la retirada del general Navarro desde Tistutin hasta Monte Arruit durante la madrugada del 29 de julio.

SITUACIÓN EN MELILLA

El gobierno nombró al general de División don José Cavalcanti de Alburquerque, marqués de Cavalcanti, de 49 años, como nuevo Comandante General de Melilla. Estaba en posesión de la Cruz Laureada de San Fernando, ganada durante la carga de Taxdirt el 20 de septiembre de 1909 siendo teniente coronel, al frente del escuadrón de Cazadores de Alfonso XIII.

Además, el coronel don José Riquelme fue nombrado como nuevo jefe de la Oficina Central de Asuntos Indígenas, en sustitución del fallecido coronel Morales, si bien ya estaba ejerciendo estas funciones desde su regreso de Madrid, donde se encontraba convaleciente en el Hospital Militar "Gómez Ulla", lo que le impidió estar presente en Annual al frente de su regimiento, el "Ceriñola" nº 42.

Ese día la posición de El Atalayón, situada en un promontorio de la orilla occidental de la Mar Chica, logró enlazar por heliógrafo con la Alcazaba de Zeluán, sitiada por los rifeños desde el 24 de julio.

Los rifeños que merodeaban en torno a Melilla continuaban activos, demostrando con ello al general Berenguer que el campo circundante a Melilla aún no era seguro. Ese día los rifeños tirotearon y hostigaron la posición recién ocupada de Sidi Hamed el Hach, obligando al general Sanjurjo a intervenir con su columna, que venía de la Segunda Caseta. Además, los rifeños tirotearon al convoy de aprovisionamiento que se dirigía a esta posición escoltado por fuerzas de batallón expedicionario "Sevilla" y del Tercio de Extranjeros, obligando a desplegarse y a batirse con el enemigo hasta que fue desalojado de las alturas desde donde disparaba. También la harka de Nador hostilizó la posición de Sidi Hamed el-Hach durante tres horas.

Las fuerzas llegadas ese día de la península fueron las siguientes:

  • Vapor "Romeu" procedente de Valencia, trasportando al batallón expedicionario del regimiento de Infantería "Tetuán" nº 45, al mando del teniente coronel don Félix Molins.
  • Vapor "Vicente Ferrer", procedente de Valencia, transportando dos baterías del 6º Regimiento Ligero de Artillería.
  • Tropas de Ingenieros, al mando de los capitanes Sevillano y Prados.
  • Crucero "Cataluña", estando el camino el acorazado "Alfonso XIII".

En la conferencias telegráficas diarias, el Ministro de la Guerra informó al general Berenguer de la compra de 500 kilómetros de alambre de espino para fortificación, así como de la reciente compra de 400.000 sacos terreros que se enviarían a Melilla de inmediato, y de las gestiones para continuar la compra hasta completar un millón. Por su parte, el general Berenguer le informó que tenía pensado pedir a Ceuta que viniese a Melilla la III Bandera del Tercio de Extranjeros, pero tras la petición de refuerzos formulada por aquel Comandante General debido a la inestabilidad detectada en Gomara, que no lo haría.

A pesar de contar ya con diecisiete batallones de Infantería, siete baterías de Artillería, y estando la Brigada de Húsares en camino, el general Berenguer no se hacía ilusiones sobre el empleo inmediato que podía hacerse con estos refuerzos. En su intervención telegráfica, el general Berenguer dio al Ministro su apreciación sobre la calidad de las tropas llegadas, explicándole sus razones para no emplearlas en socorrer las posiciones sitiadas de Nador, Zeluán y Monte Arruit. Decía el general lo siguiente:

    "Estoy convencido que marchar con estas fuerzas a auxiliar Zeluán y Monte Arruit sería exponerlas a un fracaso y dejar descubierta la plaza, que hoy está amenazada por casi todo su frente. No dispongo de efectivos para ello, porque los batallones recibidos son muy pequeños... [desde la península estaban llegando a Melilla batallones de 450 hombres, cuando el pie normal de un batallón de aquella época era el doble, de entre 800 y 900 soldados] ... ni la gente está instruida para poder batirse; pues tienen muchos que aún no están fogueados, y bastantes con quince días de instrucción. De no elevarse el efectivo de los batallones por el llamamiento del tercer año, habrá que enviar por lo menos diez [batallones] más, con los que solo en caso que no venga la harka del Rif podríamos intentar movernos hasta Zeluán, siempre contando con tenernos que batir duramente en el camino... Y no tenemos garantía alguna de que las tropas puedan combatir con eficacia. Es un caso realmente extraordinario, pues no se trata de reforzar un ejército con elementos nuevos, sino crear un ejército para combatir al día siguiente."

    NOTA: el resaltado en negrita es nuestro.






FUENTES:

  • AHN. TS-R. Expediente 50.1. Folios 31 a 169. Telegramas y conferencias telegráficas.
  • AHN. TS-R. Expediente 50.10. Folio 2257 y ss. Resumen del general Picasso, capítulo VIII.
  • El Telegrama del Rif, número 7.420 del 29 de julio de 1921.
  • Comandante D. Fernando Caballero Poveda. La Campaña del 21 en cifras reales (I) y (II). Revista "Ejército". Números 522 y 523. Madrid, 1984.
  • Palma Moreno, Juan Tomás. Annual 1921. 80 años del Desastre. Almena ediciones. Madrid, 2001. Páginas 73-97.
  • Pando Despierto, Juan. Historia secreta de Annual. Ediciones Temas de Hoy, S.A. Colección Historia. Madrid, 1999. Páginas 150-174.