CRONOLOGÍA DEL DESASTRE DE ANNUAL
Sábado, 23 de julio de 1921: retirada de la columna Navarro a Batel y Tistutin.

El general Navarro percibió la evidente presión de los rifeños y, tras comprender que no podía resistir en Dar Dríus, ordenó la retirada de las posiciones y, posteriormente, la de las fuerzas presentes en Dar Dríus hacia Batel. Este fue el día de gloria del regimiento de Caballería "Alcántara" nº 14, que primero protegió la retirada de Cheif, luego despejó el camino de Batel y, finalmente, se sacrificó hasta la extinción del regimiento en el cauce del río Gan. Simultáneamente, los rifeños comensaron sus ataques en las zonas de Zoco el-Telatza y Kandussi, mientras que en Ceuta y Almería embarcaban los primeros cinco batallones de refuerzo hacia Melilla.



Retirada de las posiciones y columna móvil de Cheif
Fuerzas presentes en Dar Dríus el 23 de julio
Retirada de Dar Drius
La marcha hasta el río Gan
El sacrificio del "Alcántara"
Llegada a Batel y Tistutín
La retirada del capitán Almansa
Situación en la circunscripción de Zoco el-Telatza
Situación en la circunscripción de Kandussi
Embarque de los primeros refuerzos hacia Melilla




RETIRADA DE LAS POSICIONES Y COLUMNA MÓVIL DE CHEIF

Tras recibir las instrucciones para el repliegue hacia Zoco el-Telatza después de haber acogido las posiciones de vanguardia, el teniente coronel José Romero Orrego, jefe del 3º Batallón del regimiento de Infantería "Melilla" nº 59 y, a la sazón, jefe de la columna de Cheif, dispuso la salida mientras esperaban la llegada de los hombres de las posiciones situadas a su alrededor. Sin embargo, tan solo una treintena de hombres procedentes de Hamuda consiguió llegar a Cheif, alrededor de las 07:00 horas. De los alrededor de 700 hombres que guarnecían diez las posiciones dispuestas alrededor de Cheif murieron unos entre 450 ó 550 a primeras horas de esa mañana:

  • Cheif: situada a apenas 100 metros del campamento, se replegó sin novedad.

  • Buhafora: No consiguió llegar a Cheif. Recibieron la orden de repliegue a las 04:15 horas de la madrugada. Los oficiales decidieron quedarse por estar rodeada la posición. A las 15:30 horas de produjo el asalto a la posición, quedando tan solo 20 supervivientes, hechos prisioneros.

  • Hamuda: Tan solo llegaron a Cheif unos 34 hombres y un oficial. Recibieron la orden de repliegue a las 05:00 horas, y fueron atacados y dispersados al salir de la posición por la mañana.

  • Azrú: No consiguió llegar a Cheif. Recibieron la orden de repliegue a las 06:00 horas y, tras salir de la posición, el ataque de los rifeños les obligó a dirigirse en dirección a Dríús. No obstante, un segundo ataque acabó por aniquilarles a prácticamente todos.

  • Azib de Midar: No consiguió llegar a Cheif. Recibieron la orden de repliegue por la mañana. Tras salir de la posición, fueron atacados y dispersados por los rifeños. Tan solo siete llegaron a Dríus, conducidos por un oficial.

  • Izen Lasen: No consiguió llegar a Cheif. Recibieron la orden de repliegue a las 09:30 horas, pero la posición fue asaltada, matando a casi todos los defensores.

  • Ain Kert: No llegó a Chief, sino a Dríus. Recibieron la orden de repliegue sobre esta última a las 08:00 horas. En su salida coincidieron con una compañía del regimiento de "Melilla" de la columna de Cheif, que se replegaba acosada por enemigo. Ambas unidades se replegaron combatiendo por escalones hasta llegar a Dríus.

  • Karra Midar: No llegó a Chief, sino a Dríus . Recibieron la orden de evacuación a las 11:00 horas. Al salir de la posición fueron atacados por los rifeños, lo que les obligó a replegarse por saltos para repeler los ataques. Al llegar al río encontraron un escuadrón del regimiento "Alcántara", que protegió su retirada hasta Dar Dríus.

  • Tamasusin: No llegó a Drius. A las 08:00 horas abandonaron la posición. La guarnición fue aniquilada en diversos ataques.

El teniente coronel Romero resultó muerto en la retirada, por lo que no sabemos qué pesó en su ánimo a la hora de decidir no replegarse hacia Zoco el-Telatza, tal y como le había ordenado el general Navarro, sino hacia Dar Dríus; parece ser que la falta de noticias de las posiciones, de las que oía el fuego de los ataques y de las que tan solo llegaron unos pocos de Hamuda; los incendios que se veían de las posiciones de Ain Kert y Karra Midar, por donde debía replegarse en dirección a Zoco el-Telatza; el desconocimiento del camino a seguir y la menor distancia hacia Dar Drius le inclinaron a retirarse hacia este último campamento.

Sobre las 09:30 horas dejaron de oír el fuego de fusilería procedente de las posiciones de vanguardia, por lo que debieron de creer que éstas habían caído. Fue entonces cuando el teniente coronel envió primeramente una de las compañías en vanguardia de la retirada para proteger el flanco derecho; atacada tras haber recorrido unos 500 metros, la compañía sufrió muchas bajas; el enemigo atacó también el campamento, obligando a la columna a permanecer dentro de él, dejando la compañía de vanguardia abandonada a su suerte; esta compañía logró llegar a Ain Kert con tan solo un oficial y un escaso número de soldados; posteriormente se replegó con la fuerza de esta posición combatiendo y avanzando por escalones hasta llegar a Dar Dríus.

Sobre las 10:00 horas el grueso de la columna salió del campamento, siendo atacada desde el primer instante por los rifeños apostados en las casas y vallados que envolvían el campamento por todos lados. La retirada se hizo sin orden ni dirección de mando, de forma mecánica, pues el teniente coronel murió en los primeros momentos de la retirada y nadie se dio cuenta de ello hasta que llegaron a Dar Dríus. Continuaron la retirada constantemente hostigados por los rifeños, hasta un momento en que, ya cerca del campamento, unos escuadrones del "Alcántara" tuvieron que librarles de la presión del enemigo.

El teniente coronel don Fernando Primo de Ribera Orbaneja, jefe accidental del regimiento, en cumplimiento de la órdenes recibidas y al frente de su 2° escuadrón, dos secciones del 4° y una del 1° del Regimiento de Alcántara, con un total 192 jinetes, salió al encuentro del enemigo que perseguía a la columna de Cheif en retirada y trataba de envolverla; sin medir lo numeroso del mismo, cargó con gran brío sobre el enemigo, se lanzó sobre él, y combatió al arma blanca y cuerpo a cuerpo diferentes veces, logrando atravesar la línea enemiga, dar la vuelta y volver a atacar por la espalda a los rifeños. Con ello consiguió salvar los restos e impedimenta de la columna de Cheif y su entrada en Dar Dríus. Por esta acción al teniente coronel Primo de Rivera se le concedería la Cruz Laureada de San Fernando, que no pudo disfrutar pues moriría días después en Monte Arruit. De las cinco compañías y los miembros de las posiciones de Cheif y Hamuda que integraban la columna, en total llegarían unos 250 hombres al campamento de Dar Dríus, muriendo unos 450 en el camino.



Mientras tanto, la noticia de que el enemigo comenzaba a aparecer por las estribaciones orientales del macizo del Busfedauen y a atacar la posición de Haf, situada en el camino hacia Zoco el-Telatza, llegada a Dar Drius en la mañana del 23 de julio, obligó al general Navarro a cambiar de parecer y ordenar el repliegue de la columna Cheif sobre Dar Drius en lugar de hacerlo sobre Zoco el-Telatza. Como las líneas telefónicas estaban cortadas, envió al alférez Esteban Gilaberte Ara, de la 10ª mía de la Policía Indígena, con la nueva orden de repliegue; pero en su camino hacia la posición, este oficial se tropezó con la columna de Cheif en su camino hacia Dar Drius.

Se estima que unos 900 ó 1000 hombres de los aproximadamente 1300 soldados presentes en el sector de vanguardia de Dar Dríus fueron muertos o desaparecidos en aquellas primeras horas de la mañana del 23 de julio.

FUERZAS PRESENTES EN DAR DRÍUS EL 23 DE JULIO

La columna del general Navarro se formó con tropas relativamente encuadradas y bastante desmoralizadas. Las primeras son las tropas de Infantería de guarnición en Dar Dríus, las retiradas de Ben Tieb y las llegadas de Cheif; el regimiento Alcántara al completo; tres baterías de Artillería, dos de guarnición en Dar Dríus y una que se retiró en orden de Annual; y las seis compañías de la Comandancia de Ingenieros, una de ellas de guarnición en Dar Dríus y las otras retiradas en orden desde Annual. Estas tropas arrojan un total aproximado de 2.000 soldados. El resto era el batiburrillo de soldados huidos desde Annual y que se consiguió parar en Dar Dríus, cuyo número desconocemos.

Durante el consejo de guerra seguido contra el general Navarro, su defensor afirmó que los efectivos de la columna Navarro eran 2.666 hombres, por lo que estimamos que tan solo unos 600 serían los supervivientes de Annual y del resto de posiciones de vanguardia retenidos en Dar Dríus. Según el tomo IV de la historia de las campañas de Marruecos (nota 6 de la pág. 444), el cómputo de las unidades era el siguiente:

A continuación ofrecemos una idea de las unidades que estaban presentes en Dar Dríus el 23 de julio y que formaron los 2.000 soldados más controlados y mejor encuadrados de la columna en retirada del general Navarro; del resto no se sabe muy poco o nada y sólo podrían hacerse suposiciones.

Unidades de Infantería:

  • 6ª Compañía, 1º Batallón, Rgto. "San Fernando" núm. 11: de guarnición en Dar Dríus, al mando de los alféreces Santiago Sanjuan Otero, Víctor González Mendoza y Leopoldo Verde Martínez, con un total de 92 de tropa. El capitán, Antonio Muñoz Valcárcel, se encontraba de permiso por fallecimiento de su hermano en acción de guerra.

  • 5ª Compañía, 2º Batallón, Rgto. "San Fernando" núm. 11: de guarnición en Dar Dríus, al mando del capitán Pío Usera Orozco, con el teniente Mariano García Martínez y los alféreces Julián Colominas Girones e Ignacio Fernández Nespral, con un total de 89 de tropa.

  • 4ª Compañía, 3º Batallón, Rgto. "San Fernando" núm. 11: de guarnición en Dar Dríus, al mando del capitán José Hernández Mira, con los tenientes Juan Espuche Ibañez y Adolfo del Hoyo Paulés, y el alférez José del Pino Serrano, con un total de 69 de tropa.

  • Dos secciones de la 1ª Compañía, II Batallón, Rgto. San Fernando 11: de guarnición en Ben-Tieb y replegados sobre Dar Drius la tarde del 22 de julio; estaba al mando del capitán don José Querejeta Pavón y los tenientes Jaime Camps Gordón, con un total de 57 hombres de tropa (la sección del teniente Joaquín Nieves Herrero estaba desplegada en el Morabo de Sidi Mohamed, donde la sección resultó aniquilada).

  • Restos de la columna de Cheif: formados por unos 250 hombres, supervivientes de las compañías de Ametralladoras del 1º Batallón, y 1ª, 2ª, 3ª y 4ª del 2º Batallón del regimiento "Melilla" núm. 59, y de las posiciones de vanguardia de Dríus.

Unidades de Caballería: los seis escuadrones del regimiento Alcantara, al mando del teniente coronel Fernando Primo de Ribera Orbaneja, con un total aproximado de unos 650 hombres:

  • Escuadrón de Ametralladoras: al mando del capitán Juan Triana Blasco y los tenientes José Manterola Ramírez de Cartagena y Luis Martín Galindo, con un total de unos 59 de tropa.

  • 1º Escuadrón: al mando del capitán Arturo Ballenilla Espinal, el teniente Julián Troncoso Sagredo y el alférez Fernando Díaz de la Guardia Velázquez, con un total de unos 88 de tropa.

  • 2º Escuadrón: al mando del capitán Jacinto Fraile Rodríguez y los alféreces Rafael Sousa Sousa y Juan Maroto Péreza del Pulgar, con un total de 114 de tropa.

  • 3º Escuadrón: al mando del capitán José del Castillo Ochoa, los tenientes Francisco Climent Pérez y Gerardo García Castaños y el alférez Angel Calderón Gaztelu, con un total de unos 121 de tropa.

  • 4º Escuadrón: al mando del capitán Mauro Fernández Tejedo, el teniente José Arcos Cuadra y el alférez Luis Cistue Cistue, con un total de unos 116 de tropa.

  • 5º Escuadrón: l mando del capitán Ricardo Chicote Arcos y los tenientes Román del Campo Cantalapiedra, Fernando Vea-Murguía Palacio-Azaña y Victoriano Pua Elvira, con un total de unos 114 de tropa.

Unidades de Artillería: En Annual se habían perdido la 2ª, 3ª y 4ª Baterías de Montaña del Rgto. Mixto de Artillería, con un total de 12 piezas Schneider de 7 cm. Presentes en Dar Dríus estaban las siguientes baterías, todas ellas del Regimiento Mixto de Artillería:

  • 1ª Batería de Montaña: al mando del capitán Francisco Rubio Usera y el teniente Fernando Gómez López. Esta batería se reorganizó tras su desaparición en Abarrán el 1 de junio, y estaba presente de guarnición en Dar Dríus con 4 piezas Schneider de 7 cm. y 137 de tropa.

  • 5ª Batería de Montaña: al mando del capitán don Ramón Blanco Díaz de Isla y del teniente Antonio Cortina Rico, agregado procedente de la 2ª Batería, con cuatro piezas Schneider de 7' y unos 139 de tropa. Esta unidad se había acogida a la posición de Izumar después del combate del día 21 de julio, último intento de romper el cerco sobre Igueriben, y unido a la riada de hombres y material que huian de Annual, deteniendo su marcha en Dar Dríus, donde pudo reorganizarse.

  • Batería Eventual: al mando del teniente José González Gil, con 2 piezas y un total de 64 de tropa. Esta batería esta a de guarnición en Dar Dríus.

Unidades de Ingenieros: El 23 de julio se reunieron en Dar Drius las seis compañías de Ingenieros de la Comandancia; la 1ª, 2ª, 4ª y 5ª procedentes de Annual, donde se hicieron cargo de la vanguardia de la retaguardia; la 3ª, que se dirigía a fortificar una nueva posición en la zona de Annual, y que pudo retirarse hasta Ben-Tieb con más de 60 bajas; y la 6ª, de guranición en Dar Drius. En total tuvieron un total de 127 bajas el 22 de julio, formando una fuerza de 433 hombres al mando del capitán Aguirre como el más caracterizado de los capitanes:

  • 1ª Compañía: al mando del Francisco Nueve-Iglesias Sema, el teniente Aurelio Martínez Fernández y el alférez Antonio Albert Amat.

  • 2ª Compañía: al mando del capitán Jesús Aguirre Ortiz de Zárate, con el teniente José Parera Forero y el alférez Alejandro Mateos Martín.

  • 3ª Compañía: al mando del capitán Agustín García Andújar y el teniente Antonio Noreña Ferrer.

  • 4ª Compañía: al mando del capitán José Eguía Chinchilla, por muerte de su titular, Dionisio Ponce de León Grondona, en la retirada de Annual; también muerió en ella el alférez Julián Romero López.

  • 5ª Compañía: al mando del capitán José Maroto González, el teniente Emilio Fernández Sánchez-Caro y el alférez Ramiro Cortés López.

  • 6ª Compañía: al mando del capitán Roberto Escalante Marzal.

NOTA: Estas unidades citadas están siendo revisadas a la luz de los expedientes que obran en el AHN, si bien pueden darse por buenas con una aproximación del 95%.

RETIRADA DE DAR DRÍUS

El general Navarro fijó las 04:00 horas del 23 de julio para el inicio de la evacuación de Dar Dríus. El comandante de Intendencia don Eduardo Armijo García, jefe administrativo y del depósito local de Dar Dríus, declaró al general Picasso que el general Navarro le había comunicado a esa hora su decisión de cancelar la evacuación en vista de la tranquilidad con que había transcurrido la noche.

En telegrama de las 04:50 horas, el Alto Comisario, general Berenguer, comunicó al general Navarro su decisión de mantener la línea del frente, en el que el campamento de Dar Drius debía ser el centro del dispositivo. Añadía la salida de los primeros refuerzos y de él mismo de Ceuta en dirección a Melilla.

Sobre las 08:00 horas el general Navarro canceló su orden de repliegue sobre Batel, si bien condicionó su permanencia en el campamento de Dar Dríus a la recepción de refuerzos, pues de lo contrario se vería obligado a retirarse en peores condiciones que las que se daban en aquel momento. Sin embargo, los hechos de las primeras horas de la mañana del 23 de julio forzarían al general Navarro a evacuar finalmente la posición.

Sobre las 09:00 horas se vio a los rifeños perseguir a un grupo de soldados en la dirección de la posición de Ichtiuen; se sacó una fuerza de protección y un sargento, un cabo y tres soldados de la citada posición pudieron acogerse en el campamento, donde relataron que eran los supervivientes del convoy de aprovisionamiento y su fuerza de protección, formada por 23 soldados al mando de un teniente.

Entre las 09:00 y las 10:00 horas tuvo que asentarse la batería eventual, que se había constituido de restos de otras, en dirección a Cheif, y se mandaron tres escuadrones del Alcántara a proteger la llegada de los restos de la columna de Cheif, entre 200 y 300 soldados, que venían perseguidos y hostigados por los rifeños.

A las 10:30 horas el general Navarro ordenó la salida hacia Melilla de las compañías de Intendencia que había en el campamento. Su retaguardia recibió fuego de hostigamiento al pasar por el río Seco, pero al llegar al río Gan les esparaba una fuerza de moros a caballo que les tiroteó con más intensidad. A pesar de ello, los intendentes hicieron frente al enemigo con disciplina y entereza, y cruzaron el río en orden, atendiendo a su seguridad y a la del ganado y elementos que llevaban consigo. A lo largo del camino los camiones de las compañías de Intendencia fueron también hostigados con fuego enemigo, obligandoles tener de contestar el fuego; además tuvieron que detenerse a recoger los heridos y enfermos que encontraron vivos en el camino, supervivientes de los ataques de los moros a los convoyes donde se les estaba evacuando. A las 22:00 horas llegaron a Melilla, donde fueron empleados al día siguiente en la defensa de la plaza, tan escasa estaba Melilla de efectivos.

A las 11:00 horas el tráfico por la carretera de Batel quedó cortado por los rifeños que, apostados en el río Seco y en el río Gan, éste último a unos 15 km. de Dríus y a unos 5 km. de Batel, y en unión de dos grupos a caballo, atacaban constantemente los convoyes de camiones iban entre Dríus y Batel replegando a los heridos e impedimenta, acuchillando y rematando a sus ocupantes, sembrando el camino de muertos. Ello obligó a ordenar a los escuadrones del Alcántara que salieran a despejar el camino. En su marcha tropezaron con un convoy de heridos que regresaba a Dar Dríus opor haber sido interceptado por los rifeños en el río Seco; el convoy dió la vuelta protegido por la Caballería a derecha e izquierda del camino; pero adelantados los camiones a los caballos, fueron atacados de nuevo por los rifeños y, obligados a parar, hicieron fuego para contenerlos en espera de la llegada de los escuadrones a galope, que obligaron al enemigo a retroceder. El convoy llegó maltrecho a Batel, algunos de sus componentes heridos a pie.



Sobre las 12:00 horas llegaron al campamento de Dar Dríus los restos de las posiciones de Karra Midar y Azib de Midar, al mando del alférez Lacaci y el teniente Calomarde respectivamente (éste último con tan sólo siete supervivientes), que no pudieron replegarse sobre Cheif en su momento.

Por todo ello, sobre el mediodía el general Navarro ordenó el inmediato abandono del campamento de Dar Dríus y la retirada de la columna sobre Batel. Esta decisión fue contestada por el teniente coronel don Eduardo Pérez Ortiz, del I Batallón del regimiento "San Fernando" núm. 11, que se hizo eco del deseo de la oficialidad del regimiento de quedarse a defender Dríus, y cuya tropa, debidamente arengada, había acudido a defender el parapeto. El general Navarro habló con el teniente coronel para explicarle las razones de su orden, que el teniente coronel acató.

Sobre las 13:00 horas la columna emprendió la salida en aparente buen orden. Según declaración del teniente de Artillería don Fernando Gómez López, de la 1ª Batería de Montaña del Rgto. Mixto de Artillería, al general Picasso, el orden de marcha fue el siguiente:

  • Primero salieron los escuadrones de caballería del Alcantara.
  • Luego siguieron algunos camiones cargados con municiones y heridos.
  • A continuación seguían varias compañías de Infantería y la batería eventual formada en Dar Dríus.
  • El grueso de la columna, a cuya cabeza marchaba el general Navarro con su EStado Mayor.
  • Seguía la 1ª Batería de Montaña del Rgto. Mixto de Artillería, al mando del capitan Rubio.
  • Cerraban la marcha las compañías del regimiento "San Fernando" núm. 11, al mando del teniente coronel Pérez Ortiz.

La columna recogió a su paso recogió las posiciones de Haman y Uestia (esta última tuvo que ser reforzada y sostuvo fuego contra un grupo de rifeños apostados en el río y alturas cercanas), pero dejó a su suerte las posiciones de Dar Azugaj e Ichtiuen para que protegieran el flanco norte de su retirada.

La moral, cohesión y temple de los soldados de la columna estaban tan bajos que a los quince kilómetros, al ser atacados en el cruce del río Gan, la tropa se vino abajo, la columna se desorganizó como hiciera en la retirada de Annual y la marcha hacia Batel se convirtió de nuevo en una segunda huída.

LA MARCHA HASTA EL RÍO GAN

Despues de rebasar la posición de Uestía, tras haber recorrido unos cinco kilómetros desde Dar Dríus, el enemigo inició el hostigamiento por el fuego sobre la columna, a veces a muy corta distancia, obligando a contestar al fuego recibido sobre la marcha. Al poco tiempo la columna se encontró con los restos de los camiones asaltados durante la mañana y los cadáveres mutilados de los heridos y enfermos asesinados, lo que obligó al general Navarro ordenar su recogida y carga en mulas y armones de Artillería; pero esta orden encontró la resistencia pasiva de la tropa, que tuvo que ser obligada a recoger los cadáveres a punta de pistola de sus oficiales, diciendo el general Navarro que no avanzaría mientras hubiese un cadáver por recoger.

El fuego enemigo arreciaba conforme la columna se acercaba al paso sobre el cauce seco del río Gan, donde les esperaba numeroso enemigo allí apostado. La vanguardia de la columna se detuvo y la batería eventual se emplazó sobre la carretera y comenzó a disparar sobre el enemigo apostado en el flanco izquierdo, al norte de la carretera; pero la aglomeración de soldados a su alrededor era tal que la batería no pudo hacer fuego de forma efectiva.

Al hacer hacer la columna el fuego enemigo se cebó en ella de tal manera que el general Navarro ordenó al capitán Sigfrido Sainz, de Estado Mayor, formar guerrillas para abrir paso. El capitán formó una guerrilla con soldados del regimiento "Ceriñola" que desplegó a la izquierda del camino, pero los soldados que la formaron lo hicieron a regañadientes, pidiendo estar bajo el mando de sus oficiales, que estaban escondidos entre los mulos. El capitán don Ramón Blanco Díaz de Isla, jefe de la 5ª Batería de Montaña del Rgto. Mixto de Artillería, fue a buscar a esos oficiales, pero al no conseguir su colaboración, formó una segunda guerrilla que desplegó a la izquierda junto a la otra. En vanguardia el regimiento Alcántara se vió obligado a cargar varias veces para desalojar a los rifeños de sus posiciones, hasta sacrificarse por entero y desaparecer como unidad de combate. En retaguardia las compañías del "San Fernando" desplegaron también sendas guerrillas, pero con sus jefes naturales.

Al disminuir el ataque enemigo, las guerrillas se replegaron sobre la columna y continuaron la marcha hacia el río. Nada más cruzarlo arreció de nuevo el fuego enemigo, obligando a dos compañías a desplegar en guerrilla de nuevo, al mando de un alférez y de un capitán respectivamente. A partir de entonces los ataques enemigos disminuyeron, recorriendo la columna con cierta tranquilidad los cuatro o seis kilómetros que restaban hasta Batel.

EL SACRIFICIO DEL "ALCÁNTARA"

El 20 de julio los escuadrones del Alcántara se reunieron en Ben-Tieb al mando del teniente coronel Primo de Rivera, pues el coronel jefe, Francisco Manella Corrales, se encontraba en Annual al mando de la circunscripción, que le correspondía aquella quincena por ausencia del coronel jefe del regimiento de "Ceriñola" 42.

Sobre las 11:00 horas del 21 de julio recibieron la orden de adelantarse hasta Izumar para proteger la retirada de la columna de Annual; allí cargaron y dispararon sobre los rifeños, que dejaron de perseguir a los soldados españoles en huida. Llegados a Ben Tieb, el teniente coronel Primo de Ribera dejó al 5º Escuadrón en la posición para protegerla, mientras el seguía a Dar Drius. Posteriormente, el 5º Escuadrón protegió la retirada de Ben Tieb, que se efectuó en orden y sin bajas.

Durante la mañana del 23 de julio los escuadrones de Alcántara multiplicaron sus labores de protección: primero durante la retirada de las posiciones de vanguardia y columna móvil de Cheif, posteriormente, los escuadrones del Alcántara se emplearon para despejar la carretera de Batel, cortada por los rifeños; por último, formaron en vanguardia de la columna Navarro en su retirada a Batel. Y aqui llegó el momento culminante del sacrificio de este heroico regimiento.



El heroico comportamiento del Regimiento de Cazadores Alcántara nº 14 durante la jornada del 23 de julio es digno de elogio y debe ser divulgado. Aquí le vemos en acción en un cuadro de Ferrer Dalmau.

Cuando la columna llegó al cauce seco del rio Gan, se encontró con un fuerte contingente de rifeños apostados en las trincheras del río y disparando sobre los españoles. El teniente coronel Primo de Ribera formó sus escuadrones, les arengó y comenzó una serie de cargas de tal manera que logró desalojar a los rifeños de sus posiciones. El teniente coronel se dirigió a sus jinetes de este modo:

    "¡Soldados! Ha llegado la hora del sacrificio. Que cada cual cumpla con su deber. Si no lo hacéis, vuestras madres, vuestras novias, todas las mujeres españolas dirán que somos unos cobardes. Vamos a demostrar que no lo somos".

Para conseguir tal éxito los jinetes del Alcántara tuvieron que cargar hasta en cuatro ocasiones, sufriendo numerosas bajas. En su última carga, los caballos no pudieron más y parece ser que los jinetes la realizaron a pié, llevando las monturas sujetas de las bridas. Durante todo el combate, hombres y caballos cayeron en apretada formación, tal y como se les encontró cinco meses después, la mayoría de ellos al otro lado del río; pero lograron salvar a la columna en retirada. Primo de Rivera perdió su montura en la tercera carga.

El regimiento de Caballería "Alcántara" nº 14 dejó prácticamente de existir, pues perdió 526 hombres: 3 jefes, 19 oficiales, 20 suboficiales y 474 de tropa. Tan solo sobrevivieron el teniente coronel Primo de Rivera (moriría posteriormente en Monte Arruit), dos comandantes, algunos oficiales y unos setenta de tropa. Todos ellos se unieron a la columna que se retiraba hacia Batel. Por su heroico comportamiento, el regimiento recibió una Cruz Laureada Colectiva ochenta años después.

LLEGADA A BATEL Y TISTUTIN

La columna Navarro llegó a Batel en total desbandada, repitiéndose los vergonzosos casos de comportamiento en oficiales y tropa, de forma que fue imposible parar la huida en Batel, sino que parte de la columna continuó hasta Tistutin, distante unos dos kilómetros y final de trayecto de la linea de ferrocarril con Melilla, habiendo algunos miembros de la columna que llegaron a Melilla en su franca huida. Citaremos el caso de la 5ª Batería de Montaña del capitán Blanco, que quedó completamente desorganizada durante el cruze del cauce seco del Gan, perdiendo todos sus cañones.

Cuando el general Navarro llegó al anochecer a Batel junto con la retaguardia de la columna se encontró con un tremendo caos, llegando incluso al extremo de verse obligado a pegar con su bastón a un teniente por ir, como muchos otros, sin estrellas ni emblemas. Tampoco encontró al coronel José Jiménez Arroyo, jefe del regimiento "África" núm. 68, a quien había enviado orden el día anterior de salir de Melilla para ponerse al frente de la posición de Batel e impedir que nadie retrocediese más atrás. El citado coronel había llegado en efecto a Batel a las07:30 horas de ese día 23 de julio, y había pasado el día tomando y comprobando disposiciones sobre la evacuación de ganado hasta Monte Arruit y del personal herido y no útil hasta Melilla embarcando en la estación de ferrocarril de Tistutin. En Monte Arruit tuvo que imponer el orden y la disciplina pistola en mano, y con la ayuda de dos capitanes hizo bajar a soldados sanos de camiones de evacuación de heridos. Al regresar a Batel le dió un vahido, precursosa de una congestión cerebral que ya había sufrido con anterioridad, y regresó a Melilla. Al enterarse de todo ello, el general Navarro se encolerizó, y mandó varias compañías del regimiento África a Tistutin, al mando del capitán González Vallés, con orden de no dejar salir a nadie hacia Monte Arruit.

De los 2.566 soldados que salieron de Dar Dríus parece ser que tan solo 1.295 llegaron a Batel; el resto quedó muerto, disperso o continuó hacia Monte Arruit y Melilla son control de sus oficiales, sin que pueda darse por el momento una cifra más concreta. El general dividió la fuerza entre estas dos posiciones distantes dos kilómetros, por no caber todos en Batel, y se aprestó para la defensa, permaneciendo el general en esta última. En Batel quedaron unos 700 hombres, mezclados y de varias unidades, mientras que en Tistutin lo hicieron unos 400 hombres de Infantería e Ingenieros al mando del capitán de Infantería don Marciano González Valles, jefe de la Compañía de Ametralladoras del 1º Batallón del Rgto. "Africa", que, como más caracterizado, mandaba las compañías de este regimiento. El general ordenó al capitán Aguirre alojar todas las compañías de Ingenieros en Tistutin a fin de realizar trabajos de fortificación en la posición y mantener el enlace con retaguardia.

La columna quedaría en Batel y Tustutin hasta la madrugada del 29 de julio, momento en que, siguiendo las órdenes del general, inició la marcha de repliegue hacia Monte Arruit.

LA RETIRADA DEL CAPITÁN ALMANSA

El sábado 23 de julio por la tarde, las fuerzas de la columna Navarro llegaron desorganizadas y sin control a las posiciones de Batel y Tistutin, entrando en ésta última al anochecer. Sin embargo, un grupo permaneció diferenciado de ellas, separándose del conjunto e iniciando una marcha nocturna hacia Melilla, donde llegaron a las 09:00 horas del día siguiente, 24 de julio, pasando por Monte Arruit, Zeluán y Nador. Era una columna heterogénea de unos 300 hombres del regimiento de Infantería "Melilla" núm. 59, que habían formado la columna móvil de Cheif y que tantas bajas habían sufrido ese mismo día, junto con elementos de otros Cuerpos, todos ellos sin cohesión alguna. Su frente iba el capitán Félix Almansa Díaz, jefe de la 3ª Compañía, II Batallón, Rgto. "Melilla" núm. 59, que había tomado el mando de la columna de Chief en Dríus tras la muerte de su teniente coronel. El capitán dio cuenta de esta extraña retirada al general Picasso:

Varios oficiales más fueron interrogados por el general Picasso sobre esta extraña retirada, entre los que contamos con la declaración del alférez José Guedea Millán, jefe de una sección de la 6ª Compañía, 2º Batallón, Rgto. "Ceriñola" núm. 42, citado por el capitán Almansa en su declaración, y que se había retirado el 22 de julio desde la posición de Izumar:

    "Llegaron a Batel a la caída de la tarde, y allí vio al general Navarro, quien les mandaba continuar a Tistutin, donde se repararía la sed que aquejaba a los soldados; hicieronlo así, continuando la marcha, ignora en virtud de qué orden, pues, embebido en la columna, seguía la dirección de las demás fuerzas de su regimiento.

    "Siguieron la marcha hacia Monte Arruí, también batidos en el trayecto por fuego vivo de los moros, que venía de ambos lados, causando bajas y dando lugar a que la confusión se aumentara, compenetrándose los elementos de la columna y cogiendo los mulos para los heridos, enfermos y despeados, que, agotados por el cansancio, se echaban al suelo, diciendo que no podían continuar. A las nueve de la noche llegaron a Monte Arruí, a cuya proximidad, y para saber si estaba ocupada o no por nuestras fuerzas la posición, se tocó la contraseña de Ceriñola y San Fernando, contestando, pero sin distinguir lo que fuera. Al entrar en el poblado de Monte Arruí se sintió un vivo fuego por descargas, especialmente hacia la aguada, donde, sedienta, acudía la gente para saciar su sed. Ya en este punto el testigo no vio al teniente coronel Marina (Pedro Marina Viñanas, jefe del 1º batallón del Rgto. "Ceriñola" 42), y habiendo dado un capitán la orden de que continuara marchando la columna, el testigo, con su gente, siguió encajonado en ella, si bien ya no eran todos los soldados que la componían en un principio, por haber sufrido bajas en el camino.

    "Hasta llegar a Zeluán fueron menos hostilizados; en este punto, el declarante, agotado por completo, cayó al suelo, siendo recogido por dos soldados de su sección, que lo llevaron en mulo hasta Nador, donde, con los nueve hombres que de su sección le restaban, volvieron en tren a esta plaza. A Nador llegaron unos 500 hombres de Infantería, con 12 ó 14 oficiales de distintos Cuerpos. En este punto, la columna iba mandada por el capitán Almansa, del regimiento de Melilla, sin que el testigo sepa cuando se hizo cargo de ella, porque desde la salida de Zeluán iba privado, por efecto del cansancio. Respecto a la persona que dió la orden de marchar en Annual, y que le dieron era un capitán, no puede dar otro dato sino que iba a caballo, pues la oscuridad de la noche no le permitió ver otra circunstancia. Por referencias sabe que el capitán Almansa, en Nador, pidió órdenes al teniente coronel del Disciplinario, que allí se encontraba, y supone que en virtud de ellas se reanudó la marcha, ya en la mañana del 24.

Acompañando a la columna iba un grupo de unos artilleros que, al llegar a Monte Arruit, no paró junto al camino como hizo el grupo principal al mando del capitán Almansa, sino que entró en la posición. Este es el relato que nos dejó teniente Fernando Gómez López, de la 1ª Batería de Montaña del Rgto. Mixto de Artillería, en su declaración ante el general Picasso:

    "Al llegar a Batel, el general reunió a todos los oficiales y les dio instrucciones. La posición de Batel era muy combatida por el enemigo, que ocupaba puntos dominantes y unas chumberas, de donde se mandó a la Policía desalojarlo; pero lo que hizo fue unirse a él y romper el fuego contra los nuestros. Entonces se dió la orden de que una parte de la columna quedara en Batel y que la mayoría de ella siguiera hasta Tistutin, quizá por no caber en aquella posición. En este último lugar, por haber depósito de Intendencia, sólo había sitio para un centenar de hombres, encontrándose allí mil quinientos; las alturas dominantes, desde las que se les hacía nutrido fuego, estaban ocupadas por policías y cabileños.

    "El testigo y su capitán (Francisco Rubio Usera) fueron a la posición en busca de órdenes; pero no pudieron obtenerlas, por reinar una gran confusión desde de ella. Al salir de la posición, encontraron que la columna seguía hacia Monte Arruí, y que así la batería del declarante como la de Blanco (Capitán Ramón Blanco Díaz de Isla, 5ª Batería de Montaña, posición de Izumar) se habían incorporado a ella. Les dijeron que el general marchaba a la cabeza de la columna, y que iba con ella; pero la gente, presa del pánico, daba sus informes con una gran incoherencia. Los oficiales buscaban inútilmente al general en medio de aquel desorden, y el declarante y el capitán Blanco no podían encontrar tampoco sus baterías respectivas. En esto llegó un oficial diciendo que la Policía sublevada atacaba la retaguardia de la columna, rematando los heridos, y que era necesario hacer alto y destacar tropas para combatirle. La mayoría tomaron a este oficial, que era un capitán de Ingenieros, por el general; pero, no obstante, no hubo manera de que obedeciesen a lo que mandaba.

    "En la retirada se registraron algunos actos muy censurables de oficiales y muchos de tropa. Recuerda el dicente, entre otros, a un oficial, que, alegando que estaba herido, le pidió le dejase montar detrás en su caballo, proponiéndole cuando lo hizo que, pues éste era bueno, podían escapar y hallarse en media hora en Melilla, adonde tiene entendido se dirigieron muchos, en lugar de quedar en Monte Arruí. Ante tal proposición, el testigo lo echó al suelo. No puede el declarante citar nombres, por conocer muy pocos oficiales en la plaza, fuera de los de su arma. Otros oficiales se arrancaban las divisas, las gorras y hasta los "leggis", para que no conociesen su condición.

    "Al llegar a Monte Arruí, encontraron que era dueña del poblado la Policía sublevada, y el testigo ignora por orden de quien se dispuso entonces que entrasen en la posición, y solo allí pudieron reunir a su gente a eso de las once de la noche y reorganizarse, reuniéndose casi toda la gente y parte del ganado, pero ninguna carga, sucediendo lo mismo con todas las unidades montadas.

    "Esto ocurrió el mismo día 23. En vista de que en la batería del testigo quedaban más de 100 hombres y 70 armas de fuego, de las que fueron recogiendo por el camino, decidieron formar una unidad de fusiles para contribuir a la defensa de la posición, haciendo lo mismo las otras unidades. Guarnecía de ordinario a Monte Arruí una compañía de Infantería de unos 60 hombres, que se mandó reforzar la víspera con 100 artilleros de las baterías que se retiraban, a 20 hombres cada una; toda esta guarnición permaneció en el parapeto hasta que montaron el servicio las tropas recién llegadas, que, unidas a las anteriores, constituían un núcleo de 1.500 hombres. El mando de la posición lo tomó el capitán Bandín (Manuel Bandín Delgado, 2ª Batería Ligera, enfermo en Melilla, se incorporó a Dríus en 23 de julio), de Artillería.

El fiscal nombrado por el Consejo Supremo de Guerra y Marina nombrado para pronunciarse por el expediente gubernativo del general Picasso, don José García Moreno, encontró punible la retirada del capitán Almansa, "por su constante retirada hasta llegar a la plaza, en virtud de órdenes que no puede explicar quién le dio", pudiendo haber incurrido en alguno de los casos de los capítulos I a IX, artículos 295, 1º, 297 y 299 del Código de Justicia Militar.

SITUACIÓN EN LA CIRCUNSCRIPCIÓN DE ZOCO EL-TELATZA

El ataque de los rifeños a la posición de Haf continuaba cuando despuntó el día 23 de julio, hecho del que el jefe de la posición informó a su coronel, accidentalmente presente en Batel.

A las 10:00 horas las líneas telefónicas interiores de la circunscripción quedaron cortadas. Como la posición de Haf había pedido auxilio, el teniente coronel García Esteban organizó un convoy con agua y municiones, que salió desde Zoco el Telatza a las 14:00 horas conducido por el capitán Alonso Estringana, jefe de la 9ª mía de Policía Indígena. El convoy tuvo que forzar la entrada a Haf combatiendo a los rifeños apostados en las estribaciones y barrancos de los montes Busfedauen circundantes; regresó a Zoco el-Telatza una vez finalizado el servicio.

Ese mismo día las posiciones de Arreyen Lao, Tasarut Uzai y Sidi Yagud, estas dos últimos en el interior del territorio y a retaguardia, comunicaron el comienzo de sus ataques.

SITUACIÓN EN LA CIRCUNSCRIPCIÓN DE KANDUSSI

Entre las 07:00 y 08:00 horas del 23 de julio llegaron a Dar Dríus dos oficiales de parte del coronel Araujo para exponer de nuevo la propuesta al general Navarro; este no solo aprobó la propuesta sino que la elogió, autorizando con ello el repliegue de la columna a Kandussi y el repliegue de las posiciones de Beni-Said a las posiciones de la línea del Kert. En consecuencia, el coronel Araujo ordenó a las posiciones que realizasen el repliegue a las 14:00 horas de ese mismo día.

Una hora después de dar la orden, el coronel recibió una llamada telefónica del general Navarro, quien le dijo que el capitán Gerardo González-Longoria Aedo, jefe de la 11ª mía de la Policía Indígena, le había hecho dudar de la lealtad de las cábilas y que éstas se levantarían si los españoles abandonaban las posiciones, y le pidió al coronel que examinase con el capitán otra propuesta. El coronel se juntó con el capitán e identificaron otra línea de posiciones donde replegarse; al no encontrar el coronel razonable la propuesta del capitán llamó al general, pero no pudo hablar con el por estar ya cortadas las líneas telefónicas. En vista de ello la resolución del coronel fue dar contraorden a las posiciones para que permanecieran en las mismas.

La situación en el territorio comenzó a ser preocupante. Algunas posiciones, que ya habían efectuado el repliegue, Sidi Abdalah y Dar Buzian, fueron atacadas nada más salir; llegaron del ataque a los convoyes de la posición de Busada y del propio Quebdani; la posición de Tisingart ya había caído y estaba ardiendo. Por el territorio comenzaron a verse grupos de moros armados deambulando por el campo. A las 17:00 horas se sacó el convoy de la aguada, como era rutina todos los días; pero el enemigo se apostó en unas lomas cercanas desde las que batía eficazmente el puesto de la aguada, con lo que el convoy no pudo llegar; esa noche se racionó el agua. Durante aquella noche el enemigo hostigó la posición, sin que se le contestase desde ésta.

EMBARQUE DE LOS PRIMEROS REFUERZOS HACIA MELILLA

La muerte del general Silvestre fue confirmada por el jefe de servicio de Melilla al jefe de servicio del Ministerio de la Guerra a las 01:30 horas de la madrugada, así como la ausencia total de noticias sobre la suerte que hubieran corrido las posiciones de Annual.

Durante esa madrugada el Ministro de la Guerra telegrafió al Capitán General de Valencia ordenándole la requisa de tres barcos de la Compañía Transmediterránea con capacidad de transporte de un batallón, para su envío inmediato a Cartagena, Almería y Málaga, donde quedarían a disposición de los gobernadores militares de esas plazas. También despachó órdenes a los distintos Capitanes Generales y Gobernadores Militares involucrados para la organización y puesta a punto para embarcar de los batallones y grupos expedicionados citados anteriormente.

A las 05:30 horas la respuesta del Capitán General fue que se habían requisado los siguientes barcos, para el transporte de los batallones de los regimientos de Infantería "de la Corona" y "Sevilla", en cuanto estuviesen listas para zarpar en 24 horas:

En julio de 1921, el regimiento de Infantería "de la Corona" nº 71, cuya antiguedad se remontaba hasta el Tercio Nuevo de Sicilia creado en 1566, se hallada de guarnición en Almería, la capital de provincia más cercana a Melilla, situada a unas 90 millas náuticas. El general Nario, Gobernador Militar de Almería, retuvo al vapor "Isla de Menorca", que había llegado de Melilla el mismo día 23 por la mañana para partir hacia Orán. A las 19:00 horas de la tarde, los 460 soldados y oficiales del batallón expedicionario del regimiento de Infantería "de la Corona", al mando del teniente coronel Eduardo Barrena, embarcaron en el buque, arropados por las autoridades civiles y militares de Almería y un numeroso público civil, ya que muchos oficiales y sargentos del regimiento estaban casados en la ciudad y gran número de soldados del regimiento eran almerienses. A continuación se hizo a la mar rumbo a Melilla, convirtiéndose de este modo en la primera unidad española en partir y en llegar para socorrer Melilla.

Mientras tanto, en la Zona Occidental del Protectorado, los comandantes Francisco Franco y Carlos Fontanés, jefes de la I y II Banderas del Tercio de Extranjeros, tocaron diana a sus legionarios las 03:30 horas del 23 de julio para reanudar la marcha. A las 09:45 horas los legionaros llegaron a Tetuán y desfilaron por las calles hacia la estación de ferrocarril para ser transportados hasta Ceuta: habían recorrido más de 100 kilómetros en 33 horas.

Mientras tanto, a las 11:00 horas el general Berenguer informaba al Ministro desde el cañonero "Bonifaz" rumbo a Melilla, de la mala situación de la que le informaba a su vez el general Navarro desde Dríus, y de intención de retirarse a Batel, por lo que el general Berenguer entendía que deberían enviarse a Melilla otros seis batallones de Infantería y un grupo de Artillería más, además de los que estaban en camino u organizándose en la península.

Una vez llegados a Ceuta, los legionarios se prepararon para embarcar en el buque "Ciudad de Cádiz". Para entonces ya sabían que su destino era Melilla. Conmocionados al recibir las noticias de lo que estaba ocurriendo en la Zona Oriental del Protectorado, el general Sanjurjo tuvo que confirmársela:

    "Salimos con una columna de socorro a Melilla; venís: Santiago y los Legionarios con dos Banderas, una batería, ingenieros y transportes de intendencia... Silvestre se ha suicidado».

Antes de embarcar formaron frente a un cuartel militar cercano al puerto para escuchar una arenga del teniente coronel Millán Astray:

    «¡Legionarios! De Melilla nos llaman en su socorro. Ha llegado la hora de los legionarios. La situación allá es grave; quizá en esta empresa tengamos todos que morir. ¡Legionarios! Si hay alguno que no quiera venir con nosotros, que salga de la fila, que se marche; queda licenciado ahora mismo... Legionarios, ahora, jurad: ¿Juráis todos morir, si es preciso, en socorro de Melilla?».

La respuesta fue general:

    «Si, juramos. ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Legión!».

Posteriormente iniciaron el camino al muelle, donde embarcaron en el «Ciudad de Cádiz», perteneciente a la Compañía Transmediterránea, a los sones de la "Marcha Real". Poco después embarcaron los dos tabores del Grupo de Regulares de Ceuta en el buque "Escolano", también perteneciente a la Transmediterránea. El general Sanjurjo y toda su plana mayor también embarcó. A las 20:00 horas los dos buques zarparon a toda máquina hacia Melilla.

El primero en llegar a Melilla, antes incluso que los refuerzos que estaban en camino, fue el general Berenguer, que lo hizo alrededor de las 23:00 horas, a bordo del cañonero "Bonifaz". Se dirigió directamente al palacio de la Comandancia General desde donde se dirigió al Ministro de la Guerra dos horas y media más tarde, a las 01:40 horas del 24 de julio, por conferencia telegráfica para confirmarle sus más terribles temores:

    "... la Comandancia general de Melilla se ha fundido: no hay nada aprovechable, todos los servicios desorganizados y el material casi en su totalidad en poder del enemigo, ...las fuerzas dispersas y sin mando, ...se han perdido los resortes del ejército y hay que crearlo todo de nuevo."

Vista la situación, añadió a los refuerzos pedidos por la mañana al ministro desde el cañonero "Bonifaz", dos regimientos de Caballería, seis compañías de Intendencia montadas, cuarenta camiones, dieciséis ambulancias automóvil y un barco hospital para evacuar heridos a Málaga; confirmó y amplió la petición de munición realizada por el general Silvestre en su momento, y añadió finalmente 350 tiendas cónicas más.




FUENTES:

  • AHN. TS-R. Expediente 50.1. Folios 31 a 169. Telegramas y conferencias telegráficas.
  • El Telegrama del Rif. Número 7.416 del 24 de julio de 1921.
  • Comandante D. Fernando Caballero Poveda. La Campaña del 21 en cifras reales (I) y (II). Revista "Ejército". Números 522 y 523. Madrid, 1984.
  • Palma Moreno, Juan Tomás. Annual 1921. 80 años del Desastre. Almena ediciones. Madrid, 2001. Páginas 73-97.
  • Pando Despierto, Juan. Historia secreta de Annual. Ediciones Temas de Hoy, S.A. Colección Historia. Madrid, 1999. Páginas 150-174.