CRONOLOGÍA DEL DESASTRE DE ANNUAL
Jueves, 21 de julio de 1921

Quinto y último día de asedio de Igueriben. Situación de Annual después de la caída de la posicion.





Caída de la posición
Los muertos de Igueriben
A modo de recapitulación
Tarde noche del 21 al 22 de julio




LA CAÍDA DE POSICIÓN

Muy de mañana el general Silvestre partió de Melilla hacia Annual. Con él se incorporaron otros mil hombres procedentes de las siguientes unidades:

  • Grupo de Regulares de Melilla nº 2: El tabor de Infantería y el escuadrón de Caballería restantes.

  • Policía Indínena: Las 5ª, 6ª, 10ª y 11ª mías, y harkas auxiliares, en parte movilizadas, con un efectivo de 450 policías, más los 354 que ya tenía la decimoquinta de Tensaman, incrementada con fuerzas de otras.

Dejó en Dar Dríus los escuadrones del regimiento de Caballería "Alcántara" nº 14. Le seguían todos los soldados que había podido rebañar de las diferentes unidades de la capital: centinelas, oficinistas, rancheros, albañiles, carpinteros, etc, cuya capacidad de combate dejaba mucho que desear. En total llegaron a reunirse en Annual aquel día unos cinco mil hombres, atraídos todos ellos por Abd el-Krim al rescate de la posición de Igueriben.

Mientras tanto, en Annual el general Navarro había preparado una nueva operación para socorrer Igueriben. Formó a unos 3.000 hombres en dos columnas:

  • Coronel Morales, al mando de toda la Policía Indígena y las harkas amigas, más 4 compañías de fusiles peninsulares. Misión: alcanzar la Loma de los Árboles, expulsar de ella al enemigo y proteger el convoy de aprovisionamiento.

  • Coronel Manella, al mando de todos los Regulares y tropas peninsulares disponibles. Misión: alcanzar las alturas dominantes de la izquierda y proteger el convoy de aprovisionamiento.

La operación comenzó al despuntar el día con una fuerte preparación artillera. Se dio la orden de avance y pronto se puso de manifiesto que el espíritu combativo de los soldados dejaba mucho que desear. La tropa estaba desmoralizada y combatía sin nervio. Los coroneles Morales y Manellase vieron obligados a retroceder. El general Navarro ya lo había presentido, pues antes de comenzar el ataque había enviado al Comandante General un telegrama diciendo que "... [el espíritu de las tropas] no es todo el necesario para compensar la debilidad ... me creo en el deber de exponer la desconfianza de no conseguir el objetivo ... [y espera órdenes sobre] si verifico el convoy o preparo la evacuación de Igueriben."

A las 12:30 horas el general Silvestre se presentó en Annual, justo a tiempo para presenciar el fracaso del general Navarro, cuyo mensaje no había recibido por estar de camino. Al darse cuenta de la retirada de las tropas, el comandante Benítez envió el siguiente telegrama:

    "Parece mentira que dejéis morir a vuestros hermanos, a un puñado de españoles que han sabido sacrificarse delante de vosotros."

Este mensaje encorajinó tanto al general Silvestre que de inmediato ordenó formar los escuadrones de Caballería para lanzarse a la carga al frente de ellos. Sus ayudantes le calmaron, y el general envió un mensaje a Benítez autorizándole a parlamentar con el enemigo. Fue entonces el comandante Benítez quien se encorajinó, pues contestó al general con la siguiente frase, ya famosa:

    "Los oficiales de Igueriben mueren pero no se rinden."

La artillería de Izumar no enfilaba bien el flanco de la posición para batir a la harka enemiga, así que el general Silvestre ordenó que una batería de montaña se emplazase sobre la lucha. La 5° Batería de Montaña del capitán Blanco se aprestó a ello, pero sus fuegos llegaron demasiado tarde para salvar Igueriben. Es más, el repliegue de las columnas de los coroneles Morales y Manella casi dejó cercada su batería, por lo que se vio forzado a replegarse sobre Izumar en lugar de hacer sobre Annual.

La 2ª Escuadrilla de Aviación hizo despegar por la mañana de nuevo los cuatro aparatos del día anterior con el mismo objetivo de bombardear Tizi Asa, Uxanen, Loma de los Árboles y Beni Bu Yacob, y por la tarde un aparato para bombardear el poblado de Amesauro, sin lograr tampoco ese día ningún tipo de influencia sobre el ataque enemigo.

A las 14:00 horas (otros dicen que a las 16:00 horas) las avanzadillas españolas más próximas a Igueriben, situadas a unos 500 metros, comenzaron a replegarse. En el interior de la posición las bajas seguían aumentando y las municiones eran muy escasas. Entonces se recibió orden del general Silvestre de iniciar la retirada, tratando de acogerse a las guerrillas de las fuerzas que intentaban proteger el fracasado convoy de aprovisionamiento. El comandante Benítez le contestó con el siguiente heliograma:

    "Nunca esperé recibir de V.E. orden de evacuar esta posición, pero cumpliendo lo que en ella me ordena, en este momento, y como la tropa nada tiene que ver con los errores cometidos por el Mando, dispongo que empiece la retirada, cubriéndola y protegiéndola debidamente, pues la oficialidad que integra esta posición, conscientes de su deber, sabremos morir como mueren los oficiales españoles." (NOTA: el énfasis en negrita es mío)

El comandante reunió a sus oficiales, les anunció la orden de abandonar la posición y su decisión de sacrificar sus vidas, la de los oficiales, para salvar a cambio, en un desesperado intento, lasvidas de los pocos hombres que pudieran hacerlo, y organizó la salida de la siguiente forma:

  • Vanguardia: al mando del capitán D. Arturo Bulnes, el cual nuevamente tomó el mando de su compañía, en el cual había cesado por enfermedad grave debida al agotamiento.

  • Flanco izquierdo: una sección al mando del teniente D. Alfonso Galán Arrabal, con orden tomar una altura próxima a la izquierda la posición y sostenerse en ella hasta la total evacuación de la misma, y a continuación incorporarse a la retaguardia.

  • Flanco derecho: una sección al mando del alférez D. Luis Casado Escudero, con la misma orden, pero en una loma cercana a la derecha de la posición.

  • Grueso, con los heridos y enfermos, al mando del propio comandante Benítez.

  • Retaguardia: al mando del capitán de Artillería D. Federico de la Paz Orduña.

El resto de los oficiales se repartieron entre las columnas. El comandante Benítez distribuyó las municiones, tocando a veinte cartuchos por cabeza, y 15.000 pesetas de la caja de las compañías, "con el encargo de reintegrarlas en el regimiento si se abren camino". Quemaron las tiendas, los restos del depósito de víveres e inutilizaron el material. En la hoguera arrojaron los fusiles de los muertos y heridos que no podían sostenerse. A continuación transmitió el último mensaje a Annual:

    "Solo quedan doce cargas de cañón, que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlos, y al duodécimo disparo, fuego sobre nosotros, pues moros y españoles estaremos revueltos en la posición."

Finalizados todos los preparativos, el comandante dio la orden de iniciar la salida. La inició la sección del teniente más antiguo, don Justo Sierra, que iba en primera vanguardia. Al llegar a la loma donde normalmente todos los días se colocaba el servicio de protección de la aguada, el enemigo, parapetado detrás del barranco, disparó sobre ellos una descarga y cayó más de la mitad de la sección. Los supervivientes no se replegaron, sino que se lanzaron a bayoneta calada en un brillante empuje pendiente abajo para tratar de unirse a las avanzadillas de la columna que se retiraba. Los que les seguían se unieron a ellos en una carrera desesperada. El resto de la fuerza continuó la salida en aquella dirección, pero los rifeños, parapetados detrás de las lomas cercanas, al darse cuenta que los españoles estaban saliendo, irrumpieron en masa en la posición.

Los oficiales se quedaron atrás sobre los sacos terreros, fusil al hombro, disparando sobre los rifeños para proteger la huida de sus hombres. Todos ellos resultaron muertos, menos el alférezde Intendencia Ruiz Osuna y el alférez Casado. Este último estaba herido, fue dado por muerto en la confusión del asalto final, y hecho prisionero posteriormente junto a un soldado. El comandante Benítez murió al frente de sus hombres, a los cuales nunca abandonó. Recibió un disparo en la cabeza que le hizo caer al suelo, pero se rehizo inmediatamente conservando su admirable serenidad, hasta que un nuevo disparo que hizo blanco en su corazón le hizo caer muerto. Luego los rifeños se echaron sobre la columna, mezclándose con ella y entablándose un combate cuerpo a cuerpo.

Entre los supervivientes que había en aquel momento se encontraba el sargento Hermenegildo Dávila Murillo, quien marchaba en la sección de retaguardiaal mando del teniente don Manuel Castro, que ya había caído muerto. En medio de la refriega, recibió la orden del alférez Ruiz Osuna de abrirse paso entre el enemigo con la fuerza de la que disponían y dirigirse hacia una era cercana, cosa que lograron hacer al mando del alférez. Una vez en la era, se parapetaron hasta que los rifeños se dirigieron a ellos gumía en mano, momento en el que el alférez les ordenó que se retiraran. El sargento Dávila, con ocho soldados que quedaban, se parapetaron en una de las trincheras cercanas. El alférez Ruiz Osuna fue muerto. El sargento se sostuvo hasta que le quedaron tan sólo cuatro hombres, instante en que abandonaron la trinchera y se dirigieron a Annual. Durante el camino los cuatro soldados que le acompañaban fueron muertos. El sargento Dávila llegó herido al campamento con su armamento, donde fue recogido por un sanitario.

De los escapados de Igueriben, llegaron vivos a Annual el sargento Dávila, que escribió un informe a su coronel y que el general Picasso unió a su expediente, y unos catorce soldados; cuatro de ellos murieron en Annual tras atracarse de agua en un acto desesperado para aplacar su sed. Otras fuentes dicen que se salvaron 36 en total. Uno de los supervivientes, el artillero Antonio Andreu Modol, fue llamado a declarar ante el general Picasso.

LOS MUERTOS DE IGUERIBEN

No hay cómputo oficial de las bajas de Igueriben. Sin embargo, si hacemos caso a las versiones más optimistas, podemos afirmar que murieron 320 de los 354 hombres que componían la posición. Todos los oficiales de Igueriben, menos el alférez Casado, murieron defendiendo la posición:

  • Comandante D. Julio Benítez Benítez, del 2º Batallón del Regimiento de Ceriñolanum. 42. Por su valor y pericia al mando de la posición se le concedió la Laureada.
  • Capitán D. Arturo Bulnes Martín, de la 2ª Compañía del 1er. Batallón del Regimiento de Ceriñola núm. 42.
  • Capitán D. Federico de la Paz Orduna, de la 1ª Batería Ligera del Regimiento Mixto de Artillería. Por su valor se le concedió la Laureada.
  • Teniente D. Justo Sierra Serrano, de la 2ª Compañía del 1er. Batallón del Regimiento de Ceriñola núm. 42.
  • Teniente D. Manuel Castro Muñoz, de la 4ª Compañía del 3er. Batallón de Regimiento de Ceriñola núm. 42.
  • Teniente D. Ovidio Rodríguez, de la 4ª Compañía del 3er. Batallón del Regimiento de Ceriñola núm. 42.
  • Alférez D. Rafael Villanova Hopper, de la 4ª Compañía del 3er. Batallón del Regimiento de Ceriñola núm. 42.
  • Teniente D. Alfonso Galán Arraba, de la Compañía de Ametralladoras de Posición.
  • Teniente D. Ernesto Nougués Barrera, del Parque Móvil de la Comandancia de Artillería.
  • Teniente D. Julio Bustamante y Vives, de la 1ª Batería Ligera del Regimiento Mixto de Artillería.
  • Alférez D. Enrique Ruiz Osuna, de Intendencia.

El alférez Casado fue hecho prisionero. Pasó en cautividad dieciocho meses junto con el resto de prisioneros tomados por los rifeños durante los días del desastre de Annual. Una vez liberado, el teniente redactó un parte por escrito relatando el ataque, defensa y caída de la posición de Igueriben.

A MODO DE RECAPITULACIÓN

La posición de Annual fue ocupada el 15 de enero de 1921. Estaba situada en un valle que se extendía hasta la orilla del río El Kevir, afluente del Amekran, situado este último a unos seis kilómetros de distancia al frente y hacia el oeste. Tenía una superficie aproximada de 4 kilómetros cuadrados y se extendía por una serie de lomas donde se asentaban tres campamentos unidos entre sí por una serie de caminos:





Annual no estaba pensada para resistir, sino para ser el campamento base desde el cual se lanzarían las operaciones del siguiente otoño. Su centro de abastecimiento era la posición de Ben Tieb, situado a 18 kilómetros en retaguardia, desde la que se llegaba por una estrecha y sinuosa pista de accidentado relieve, con pendientes del 12%. Estaba rodeada de una serie de posiciones que formaban la circunscripción de Annual, cuya guarnición consumía un total aproximado de 2.000 hombres:

  • Igueriben: posición de primera línea, adelantada frente a Annual y a unos 6 kilómetros de ésta. Estaba guarnecida por unos 350 hombres.

  • Dar Buimeyan: posición adelantada frente a Annual, cuya misión era la de asegurar la ribera derecha del río Amekran. Estaba guarnecida por unos 250 hombres.

  • Sidi Dris: única posición situada a la izquierda del río Amekran y, por tanto, en territorio Tensaman, junto a su desembocadura en el mar. Estaba guarnecida por unos 310 hombres.

  • Afrau: posición situada en la costa, a retaguardia de SidiDris. Estaba guarnecida por unos 180 hombres.

  • Talilit: posición de primera línea, situada entre Annual y SidiDris para apoyar el enlace entre ambas. Estaba guarnecida por unos 180 hombres.

  • Izumar: posición situada a retaguardia de Annual, a unos cinco kilómetros de ésta, en la cumbre de una loma dominante. Su misión era proteger la carretera de acceso a Annual y apoyar con el fuego de sus cañones las posiciones de Annual, Igueriben y Dar Buimeyan. Estaba guarnecida por unos 250 hombres.

  • Intermedia "A" e Intermedia "B", Yebel Uddia y Morabo de Sidi Mohammed: situadas sobre la carretera Izumar - Ben Tieb para protegerla. Estaban guarnecidas por unos 120, 140, 64 y 27 hombres aproximadamentes cada una de ellas.

  • Intermedia "C": ocupada el 20 de julio para alejar de Annual la presión que los rifeños hacían sobre ella, estaba situada sobre la carretera Annual - Izumar protegerla. Estaba guarnecida por 120 hombres aproximadamente.

  • Posición Nueva: situada entre la Intermedia "A" y YebelUddia, su ocupación se ordenó para el 22 de julio, para dominar con sus cañones el boquete de Tizi Aza. La columna de salió hacia la nueva posición, pero la retirada impidió seguir con el proyecto

Entre los días 2 y 19 de julio el jefe de la circunscripción de Annual era el coronel don Joaquín Arguelles y de los Ríos, jefe del Regimiento Mixto de Artillería. En los dos días primeros días de asedio de Igueriben, este jefe había:

  • Repelido el intento de envolvimiento de Igueriben por Izumar el 17 por la mañana mediante la columna del teniente coronel Marina.

  • Organizado el primer convoy del 17 por la tarde al mando del comandante Romero.

  • Repelido un segundo intento de envolver Igueriben por Izumar el 18 por la mañana gracias a la intervención de una compañía de Ingenieros.

  • Organizado un segundo convoy el 18 por la tarde, que no llegó a salir de Annual debido a la gran presión del fuego rifeño.

  • Organizado un tercer convoy el 19 de madrugada que, tras intensos combates en los que los rifeños estuvieron a punto de cortarles la retirada, se vió obligado a regresar a Annual.

En estos combates las tropas de Annual sufrieron 160 bajas: 31 muertos y 129 heridos.

A las 14:00 horas del día 19 el coronel Arguelles fue relevado por el coronel don Francisco Manella Corrales, jefe del Regimiento de Caballería Alcántara núm. 14, a quien tocaba el turno de mando de la circunscripción de Annual por quincenas organizado por el general Silvestre ante la ausencia por enfermedad del titular, el coronel Riquelme, jefe de regimiento de Infantería "Ceriñola" nº 42. El coronel Manellaorganizó un cuarto convoy de aprovisionamiento haciaIgueriben, que partió de Annual sobre las 16:00 horas de ese mismo día sin lograr ningún éxito.

Por la mañana del día siguiente, 20 de julio, se presentó el general segundo de la Comandancia General de Melilla, general Navarro. Tras tomar el mando de manos del coronel Manella, decidió no hacer ningún intento de socorrer a Igueriben aquel día, dado el escaso espíritu de lucha que había observado en las tropas, y protegió el camino hacia retaguardia con la ocupación y organización de la nueva posición Intermedia "C". Pasó el día organizando el siguiente intento de aprovisionamiento y rescate de Igueriben, que tuvo lugar al amanecer del día 21.

La operación comenzó al despuntar el día 21 de julio con una fuerte preparación artillera. Se dio la orden de avance y pronto se puso de manifiesto que el espíritu combativo de los soldados dejaba mucho que desear. La tropa estaba desmoralizada y combatía sin nervio. Las columnas de socorro tuvieron que retroceder una vez más.

El Comandante General de Melilla, general Silvestre, llegó a Annual sobre las 12:30 horas, justo a tiempo para presenciar el fracaso del intento del general Navarro y para ser testigo de la caída de la posición de Igueriben pocas horas más tarde.

Tras cinco días de intensos combates contra la harka enemiga, las tropas de Annual habían sido incapaces de romper el cerco de Igueriben y estaban a punto a presenciar impotentes la caída de aquella posición. Además, Annual se había convertido en un imán que atrajo hacia este campamento prácticamente todas las tropas disponibles que había en el territorio.

Al comenzar el asedio de Igueriben el domingo 17 de julio de 1921 había unos 3100 hombres presentes en Annual. Dos días más tarde se incorporaron aproximadamente otros 1000 de la columna móvil de Dríus, y dos días después lo hicieron otros 900 que trajo consigo el general Silvestre. Así pues, el viernes 22 de julio se alojaban en la posición de Annual unos 5.000 hombres (3.000 españoles y 2.000 indígenas), con una fuerza de combate de 27 compañías de Infantería (14 españoles, 9 de Regulares y 4 de Policía), tres escuadrones de Caballería, cinco baterías de Artillería, cuatro compañías de Ingenieros y tres compañías de Intendencia, encuadrados de la siguiente manera:

  • Regimiento de Infantería "Ceriñola" núm. 42: cinco compañias de fusiles y una de ametralladoras (unos 500 hombres).

  • Regimiento de Infantería "San Fernando" núm. 68: cinco compañías de fusiles y dos de ametralladoras (unos 600 hombres).

  • Regimiento de Infantería "África" núm. 11: cuatro compañías de fusiles y una de ametralladoras (unos 550 hombras)

  • Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas "Melilla" núm. 2: tres tabores de Infantería (nueve compañías), el tabor de Caballería (tres escuadrones) y la compañía de ametralladoras (Unos 1300 hombres)..

  • Policía Indígena: cuatro mías (unos 800 hombres) y una harka amiga.

  • Regimiento Mixto de Artillería: cuatro baterías de montaña y una batería ligera (unos 275 artilleros).

  • Comandancia de Artillería: una sección móvil del Parque Móvil.

  • Comandancia de Ingenieros: cuatro compañías de Ingenieros (unos 450 hombres)

  • Intendencia: tres compañías de Intendencia y una sección montada (unos 325 hombres).

  • Sanidad: tres secciones de montaña y una sección de ambulancia (unos 100 hombres).

El campamento tenía víveres para cuatro días, municiones para un día de combate no muy intenso y carecía de reservas de agua. Sobre ellos y las posiciones cercanas iban a lanzarse unos 18.000 rifeños armados con unos 8000 fusiles (de los que 3.450 serían Mauser), siendo el resto espingardas.

Quedaban fuera de Annual unos 2.800 hombres distribuidos en tres núcleos móviles de Infantería y uno de Caballería:

  • La columna de Chief, formada por unos 550 hombres encuadrados en cinco compañías de fusiles.

  • La columna de Kebdani, formada por unos 700 hombres encuadrados en siete compañías de fusiles.

  • La columna de Zoco el-Telatza, formada por unos 750 hombres encuadrados en ocho compañías.

  • El regimiento de Caballería "Alcántara" nº 14, formado por unos 835 jinetes, encuadrados en cinco escuadrones más el de ametralladoras, todos reunidos en Dar Drius como reserva del general Silvestre.

Además, en el territorio había 71 posiciones que consumían los siguientes efectivos y recursos:

  • Unos 5000 jefes, oficiales y tropa de Infantería encuadrados en 51 compañías, lo que suponía el 50% de los efectivos de este Arma.

  • 90 cañones de cinco tipos y calibres, servidos por unos 1.200 artilleros encuadrados en siete baterías de la Comandancia de Artillería y desplegados en 21 posiciones de las 71 mencionadas.

NOTA: Estas cifras están siendo revisadas a la luz de los expedientes que obran en el AHN, si bien pueden darse por buenas con una aproximación del 95%.

A las 14:30 horas del día 21 de julio, antes de la caída de Igueriben, el Alto Comisario envió un telegrama al Ministro de la Guerra informándole de las noticias que había recibido del Comandante General: que la "situación sólo podría variar con una ofensiva nuestra que hoy no puedo realizar, pues estimo que fuerzas están equilibradas y su conocimiento del terreno favorece al contrario..."; expone el único modo, a decir del general Silvestre, para salvar la situación era "... atraer atención enemigo hacia otros objetivos y aprovechar disminución sus efectivos para obrar..."; para ello el citado general propone "... urgente la actuación marítima en la bahía de Alhucemas...", considerando "... que su ejecución debería ser urgentísima, pues la situación de las tropas que guarecen aquella línea conviene no se prolongue..." El Alto Comisario no juzga la propuesta, sino que la transmite al Gobierno "... para su resolución..." porque "... no está a mi alcance complacer ..." los "... deseos..." del Comandante General. A continuación relaciona una serie de barcos de guerra que, a su juicio, podrían ir hacia Alhucemas.

Las peticiones del Comandante General del día anterior y del Alto Comisario del telegrama anterior provocaron una reacción positiva en el ministerio de Marina, que generó durante el día 21 de julio una serie de telegramas para ordenar, al crucero "Princesa de Asturias" que zarpara de Tánger a la mayor brevedad posible y se dirigiera a Ceuta; al cañonero "Bazán" que se dirigiera de Cartagena a Melilla; que el "Lauria" y el "Bonifaz" permanecieran en Ceuta, y que el "Giralda" se trasladase a Ceuta; y todos ellos que se pusieran a las órdenes del Alto Comisario. El Ministro de la Guerra comunicó estas noticias al Alto Comisario por telegrama, diciéndole que la orden de desembarcar en Alhucemas debía partir del propio Alto Comisario, pues ya tenía dos barcos en Ceuta: el "Lauria" y el "Bonifaz".

No sabemos a qué hora del día el Comandante General recibió un telegrama del Ministro de la Guerra en el que informaba de la respuesta de la Armada, así como de la requisa de barcos en Cádiz para el transporte de tropas desde Ceuta y desembarco en Sidi Dris o en el punto que el Comandante General designara. Posiblemente a la vista del telegrama, pero no estamos seguros, el general Silvestre ordenó al general Navarro que regresase a Melilla para organizar el envió al frente los refuerzos que había pedido al Gobierno, convencido como estaba de la inminente llegada de los mismos. El general Navarro se resistió a abandonar Annual en aquellos momentos, pero el Comandante General insistió, por lo que Navarro abandonó Annual a las 15:30 horas del día 21 de julio. Le acompañaba el comandante de Ingenieros Fernández Mulero, jefe del servicio de automóviles, que se llevó consigo todos los camiones disponibles en Annual transportando a los heridos y enfermos.

TARDE-NOCHE DEL 21 DE JULIO / MADRUGADA DEL 22 DE JULIO

A las 19:30 horas del día 21 de julio el general Silvestre comunicó al Alto Comisario y al Ministro de la Guerra la caída de Igueriben y el asedio de Annual, que por su interés reproduzco en todos sus términos:

Tres cuartos de hora más tarde, a las 20:17, envíó un nuevo telegrama al Ministro reiterando "... urgentísimamente... mi solicitud de que la escuadra bombardee en el más breve plazo los poblados de Beni Urriaguel y Bocoya, por si castigo disminuyera los fuertes contingentes que en la actualidad me sitian" porque la situación en Annual y las posiciones inmediatas era "... muy crítica..."

Tras la caída de Igueriben, en Annual se presiente la inminente amenaza... si se me permite la expresión, se mascaba la tragedia. La tropa se encontraba agotada y desmoralizada después de cinco días de infructuosos combates, con la visión de los escasos y horrorizados supervivientes de Igueriben llegados al campamento. Se presiente que al día siguiente algo importante va a ocurrir.

Al anochecer los rifeños comenzaron un paqueo sistemático que no cesó hasta bien entrada la noche, momento en el que un extraño silencio se cernió sobre Annual.

La posición Intermedia C pidió auxilio esa misma noche, pero no se le pudo socorrer desde Annual ni desde Izumar, pues ambas posiciones estaban ya cercadas. Las líneas telefónicas había sido cortadas. Solo existía comunicación radio vía HF con Madrid, Tetuán, Melilla y el cañonero Laya.



FUENTES: